jueves, 25 de febrero de 2010

II Encuentro Iberoamericano sobre Objetivos del Milenio NNUU y las TICs

El proceso de globalización y la revolución de las comunicaciones, le ponen a América Latina un enorme desafío: cómo ser competitivos en la economía mundial sin sacrificar la democracia y mejorando los niveles de equidad y cohesión social.

CEPAL, que a lo largo de su historia siempre ha estado acompañando a los países de la región en su afán por alcanzar nuevos umbrales de desarrollo, ha entrado con fuerza, siempre desde la trinchera de las ideas, en como abordar este nuevo desafío.
CEPAL ha puesto en evidencia las fragilidades presentes en cuanto a cohesión social y las dificultades que existen para construir mayor equidad social. Entrar a la sociedad de la información como sujetos de plenos derechos, no puede ser el privilegio para unos pocos sino que una oportunidad para todos. La brecha digital y el desigual acceso a las TIC se han convertido en un obstáculo para convertir el privilegio de pocos en oportunidad de muchos.

En la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información se logró un compromiso político consensuado entre 175 países, con una Declaración de Principios que define 67 principios guía, y un Plan de Acción que esboza 167 metas como desafíos globales a lograr hacia el año 2015, dentro del contexto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio cuyo plazo está fijado para ese mismo año. En este proceso fue surgiendo la necesidad de formular y desarrollar un Plan de Acción propio, que atendiera los aspectos urgentes e importantes para la región, definiendo así 30 metas con 70 actividades a desarrollar durante el periodo 2005-2007.1 De esta forma, el plan se constituye en una herramienta operativa para poner en práctica la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, al igual que de las metas de la Cumbre Mundial, considerando las necesidades específicas de América Latina y el Caribe con base en nuestras realidades.

Las TIC como herramientas para el procesamiento y transmisión de información son tecnologías de propósito general, permiten no solo identificar sino que también aprovechar oportunidades de emprendimiento y desarrollo de personas y comunidades. Quienes no acceden a estas tecnologías quedan, por tanto, al margen de un volumen muy considerable de oportunidades. La brecha digital está en constante evolución, toda vez que aquéllos que tienen acceso a una tecnología son los primeros en apropiar la siguiente. Así, cerrar la brecha digital se constituye en un blanco móvil difícil de alcanzar.

Comparando la difusión de las TIC en la región con la situación en el resto del mundo, se observa que ésta se encuentra levemente por debajo del promedio mundial, excepto en el caso de telefonía móvil, cuyo grado de penetración sorprende si se considera que a menos de una década de su introducción, casi uno de cada dos habitantes de la región utiliza esa red. El caso de la telefonía móvil es seguramente uno de los mejores ejemplos de como las TIC pueden contribuir a la cohesión social, llegando en muy poco tiempo a los segmentos socioeconómicos más pobres de la región. Esto la convierte en la tecnología de más rápida difusión en la historia de América Latina y el Caribe.

Otro factor importante para el desarrollo de Sociedades de la Información que apuntan a la cohesión social es el uso de las TIC en el ámbito escolar. La meta 3 del Plan Regional apunta a conectar un tercio de las escuelas públicas a Internet, en lo posible con banda ancha, particularmente las ubicadas en zonas rurales. El grado de conectividad en las escuelas públicas muestra una gran diversidad entre los países de la región. En 2005, Chile contaba con 75% de las escuelas conectadas a Internet, y Argentina con 22%. Estas tasas distan del promedio de Europa, donde en 2006 ningún país registraba menos del 90% de escuelas conectadas. Esta heterogeneidad también existe al interior de cada país, observándose una distancia entre las escuelas públicas y las privadas. En 2005, en Argentina, 53% de las escuelas privadas tenía acceso a Internet, y sólo 13% de las escuelas públicas.
La meta 16 del Plan de Acción apunta a “vincular los portales nacionales educativos en la perspectiva de constituir una red de portales educacionales de América Latina y el Caribe que permita compartir experiencias y contenidos, además de promover la adaptación, localización y desarrollo de contenidos educacionales para ser difundidos a través de esta red”.
Durante los últimos tres años, se constituyó la Red Latinoamérica de Portales Educativos (RELPE), concebida como un sistema regional distribuido de almacenamiento y circulación de contenidos pedagógicos, cuyos nodos son los portales educativos nacionales designados por cada país. En RELPE, cada país desarrolla su portal de acuerdo a su proyecto educativo e intereses nacionales, con independencia para la selección de la plataforma tecnológica a utilizar. Los contenidos desarrollados por cada portal miembro son de libre circulación en la red. Dado que el costo de desarrollo de contenido digital puede ser muy elevado, en tanto que su costo de reproducción es casi nulo, se aprovecha de enormes economías de escala. En la actualidad, siete de los 18 países de América Latina que participan en RELPE son miembros plenos e intercambian contenido educativo en beneficio de los estudiantes de la región.
Pero las TICs no solamente tienen el potencial de contribuir a la inclusión social, sino también al crecimiento económico de la región.

La CEPAL ha realizado una serie de estudios sobre la contribución de las TICs al crecimiento económico en países de América Latina, un tema ampliamente estudiado y debatido para las economías norteamericanas y europeas, y apenas iniciado en América Latina y el Caribe. Los estudios de la CEPAL presentan resultados alentadores. A pesar de que la inversión en software y equipos de informática y comunicaciones ha sido sustancialmente menor que en Estados Unidos y Europa, se observan efectos positivos en el crecimiento económico. Uno de los estudios, que utiliza una metodología de contabilidad del crecimiento, identifica aportes del capital TIC del orden de entre 10% y 24% a la tasa de crecimiento del PIB en varios países de la región. Mientras que entre 1990-2004 en Argentina, Brasil, Chile y Costa Rica entre el 10% y 13% del crecimiento provenía de capital TIC, en Uruguay la cifra correspondiente alcanzaba 24%.
Como vemos, las TICs ayudan al crecimiento de la economía, aumentan los grados de fiscalización y de transparencia de la gestión pública y privada; llevar 4
las TICs a las grandes mayorías significa abrir un mundo de oportunidades para todos. En suma, el desarrollo y masificación de las TICs constituyen un elemento central en la estrategia de desarrollo de los países de América Latina y el Caribe.

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